Las profecias de Parravicini



Las profecías de Benjamin Solari Parravicini, han vuelto a ver la luz,


coincidiendo con la profecía de la catástrofe que ha desolado Japón


y el mundo entero.



Algunas de las profecías de Parravicini


El hombre nuevo, el del único mirar, mostrara con textura sin males. El microbio enfermante desaparecerá por ineficaz. El hombre nuevo será de cobriza tez, resultante del fundido de razas. Será dueño de fuerza física de tres hombres de ayer. Enseñara: Vehemencia en vehemencia, ponderación en ponderación, belleza en belleza, oración en oración. Será en el libre albedrío y la libre acción. El hombre del único mirar desconocerá el apetito carne porque el será en el nuevo amor. El nuevo amor será paz. (1961) Los navieros interplanetarios, mensajeros de Dios, ayer ángeles, llegaran al mundo en numero cada vez mayor. Ellos se manifestarán en diferentes maneras queriendo advertir al hombre inconsciente el peligro del átomo. Civilizaciones anteriores, superiores a la actual, desaparecieron víctimas del mismo poder. Se sabrá. (1960) Llegan seres invisibles. Son puros y guiaran al hombre por el camino del bien. Triunfan en el 2002. (1952) Cerebros pensantes que fueron humanos, llegaran en retorno a la Tierra por amor a sus familiares y amistades. Les aconsejaran , enseñaran y guiaran en el instante del gran caos. (1960) Viene a la Tierra un nuevo polen fecundador de vegetales. El crecimiento será exagerado en muchos, mas será en bien. Llega el gigantismo en todo ser animal que pueda servir de alimento, porque llega el hambre. (1968) Nuevas vegetaciones gigantes aparecerán por el Norte argentino en le principio del hambre mundial. (1940) Hombre ciego. El confusionismo llega al hogar, a la sociedad, a las instituciones, al papado. Apresuraos, el Angel del Castigo baja. Es ya la hora y aun un tiempo resta., Da de beber al que sed tiene. Restaña la herida del que sufre. Alivia necesidades y penas. Comprende y consuela al angustiado. Apoya al anciano, protege al niño desamparado. Guía al arrepentido y no olvides tu ligero andar que aun un tiempo queda. Ten presente, hombre ciego: la infinita bondad del padre permitirá ver al que llora. El ángel del castigo baja. (1966)

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